viernes, 3 de julio de 2015

Leyenda: El murciélago que sexto grado A narró a primer grado A

Cuenta la leyenda que el murciélago, hace mucho tiempo, fue el ave más bella de la Creación.
El murciélago, al principio era tal y como lo conocemos hoy, y se llamaba biguidivele (biguidi = mariposa y vela = carne; el nombre venía a significar algo así como “mariposa desnuda”).
Un día de mucho frío, subió al cielo y le pidió plumas al Creador, como había visto en otros animales que volaban. Pero el Creador, no tenía plumas, así que le recomendó bajar de nuevo a la tierra y pedir una pluma a cada ave. 
Y así lo hizo el murciélago, eso sí, recurriendo solamente a las aves con plumas más vistosas y de más colores.
Cuando acabó su recorrido, el murciélago se había hecho con un gran número de plumas que envolvían su cuerpo.
Consciente de su belleza, volaba y volaba mostrándola orgulloso a todos los pájaros, que paraban su vuelo para admirarle. Agitaba sus alas ahora emplumadas, aleteando feliz y con cierto aire de prepotencia. Una vez, como un eco de su vuelo, creó el arco iris. Era todo belleza.
Pero era tanto su orgullo que la soberbia lo transformó en un ser cada vez más ofensivo para con las aves.

Con su continuo pavoneo, hacía sentirse chiquitos a cuantos estaban a su lado, sin importarle las cualidades que ellos tuvieran. Hasta al colibrí le reprochaba no llegar a ser dueño de una décima parte de su belleza.

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