LA NOTA MÁGICA ES UNA OBRA DE TEATRO QUE IREMOS A VER EL PROXIMO VIERNES 5 DE SEPTIEMBRE. ACÁ PUBLICAMOS LA SINOPSIS Y ADEMÁS, INFORMACIÓN SOBRE LOS INMIGRANTES EUROPEOS QUE LLEGARON A PRINCIPIOS DEL SIGLO XX, Y EL BARRIO LA BOCA DÓNDE SE INSTALARON.
La obra habla en un tono porteño
de las relaciones de un grupo de amigos, de un universo cerrado y al
mismo tiempo gigante: el barrio. Y el emblema de este barrio es
Gardel, la estatua viviente –que, para alivio de todos, existe–
en la que se materializa el oráculo, como la ciudad de Delos para
los antiguos griegos.
La orquesta en vivo y un fantástico
grupo de actores cuentan, a través de canciones y bailes, lo que a
todos nos importa: el AMOR, los sueños, la seducción y, claro,
Gardel.
Conservate bueno.
Ricky Pashkus
"La
Boca es mi taller mi refugio y mi modelo. Todo lo que hice y todo lo
que conseguí es un premio a la fidelidad. En mi vida y en mi arte
permanecí siempre fiel a mí gente, a mi puerto y a mi barrio"
La
Boca del Riachuelo es un barrio ubicado al sur de la ciudad de Buenos
Aires.
Se encuentra habitado en su mayor parte por inmigrantes italianos, que llegaron a mediados del siglo pasado a nuestro país.
Se encuentra habitado en su mayor parte por inmigrantes italianos, que llegaron a mediados del siglo pasado a nuestro país.
El
Puerto de La Boca, por entonces, era el principal mercado de
carbón de leña de la ciudad. Numerosas embarcaciones amarraban a
sus muelles, donde hombres de fuerte contextura física, cargaban y
descargaban mercaderías.
En
esta ruda faena se encontraba don Manual Chinchel, oriundo de
Génova, padre adoptivo de Benito Quinquela Martín.
Desde
el Siglo XIX, fue prosperando la actividad portuaria. En ambas
márgenes del Riachuelo se instalaron talleres metalúrgicos,
astilleros, frigoríficos y establecimientos navales. La Boca
era un barrio esencialmente obrero, sus habitantes vivían en
precarias viviendas construidas de madera y chapas de cinc. Por ser
un terreno bajo y anegadizo, edificaban sus casas, sobre pilotes de
madera de quebracho. Sus ocupantes pintaban estas viviendas con el
sobrante que les quedaba después de pintar las embarcaciones. De
ahí, que las casas, presentaban distintos colores en sus frentes.
Poco
a poco, el Barrio dejó de ser una comarca aislada. En 1870
líneas de ferrocarril urbano, unieron esta zona con Plaza Once.
Por estos años, la Boca logró su autonomía jurisdiccional,
contando con una modesta capilla, San Juan Evangelista, para
poder albergar a sus fieles.
Los
primeros pasos en la educación lo dieron Don Rafael Amato y Doña
Maurice de Patrón, quienes supieron brindar una formación a los
hijos de los inmigrantes que en su mayoría manejaban el dialecto
xeneize. Social y culturalmente, se fue incrementando el número
de instituciones al servicio de la comunidad, donde se
desarrollaron distintas actividades de interés general. La
importancia que tuvieron en la sociedad estas instituciones nos las
hizo saber el mismo Quinquela a través del libro Vida de Quinquela
Martín de Andrés Muñoz: "Como
todo vecino de la Boca, tenía por fuerza que pertenecer a alguna
agrupación yo me Inscribí en la Sociedad Unión de La Boca, dentro
de la cual funcionaba el Conservatorio Pezzini Sttiatessi. El Salón
Unión, como todos le decíamos en la Boca, era una especie de
Academia Universal donde se enseñaba música, canto, dibujo,
pintura, yeso, corte y confección y no sé cuantas cosas más."
Entre
otras instituciones estaban, José Verdi 1878, la Yugoslava 1878,
Bomberos Voluntarios 1884, Ligure 1885, La Española 1892, Torcuatto
Tasso 1895 y Sol de Mayo 1898.
La
Boca fue siempre un barrio esencialmente obrero. Ellos estaban
representados en distintas agrupaciones gremiales, entre otras la
de los estibadores, caldereros, calafeteros, carreros y los
carpinteros de La Ribera. Juntos aunaron sus esfuerzos por un
mejoramiento social.
Dentro
del periodismo, el Ancla- publicación bisemanal
aparecida el primero de julio de 1875- fue el precursor de otras
publicaciones que surgieron más tarde como "El Riachuelo”,
"El Bohemio", "El Faro del Riachuelo" y
"Cristóforo Colombo".
Dentro
de las manifestaciones artísticas, el teatro tuvo su máxima
expresión en el "Dante Alighieri" 1883. La tragedia
y el drama italianos fueron los géneros más representados dentro de
su sala.
El
13 de agosto de 1881, se inauguró el Ateneo Iris, en donde la
Societá Filodramática, representó el drama lírico Aída.
Un año antes, el piamontés Sebastián Gambaudi, abrió las
puertas de la Confitería "Ligure" donde funcionó
el Teatro Panterpe.
El
tango también tuvo su espacio en los cafetines de la Boca.
Entre los más conocidos podemos mencionar el "Café
del Sur",
el "Café
de Nani"
y el "Café
Azul".
Y no olvidemos que es en el tango en donde el Barrio
de la Boca
vio nacer a uno de sus exponentes: Don
Juan de Dios Filiberto.
Antes de finalizar el Siglo XIX, La Boca era ya un barrio con perfil definido, que lo distinguía marcadamente del resto de la ciudad. Según el Censo Municipal de 1887, había en la zona 24.498 personas, distribuidas en 124 manzanas, donde el mayor núcleo de población estaba concentrado en la Vuelta de Rocha. Más del 70%, de la población se dedicaba a oficios ligados a la navegación, como marineros, caldereros, calafateros y armadores de barcos.
En
1897, Sofía Cattáneo describió así a este Barrio
Porteño: "Un suburbio vastísimo. A
pesar de su proximidad a la elegante ciudad mundana, este barrio
tiene un carácter muy diverso y tan especial, que podrá
considerárselo como si se hallara a más de cincuenta millas. El
contraste proviene de la naturaleza del carácter, de las costumbres,
de sus habitantes. Es un barrio popular donde hierve el trabajo y la
vida".
Este
fue el Barrio en que creció Quinquela, quién supo captar su
esencia y plasmarla en sus telas. El Riachuelo fue su inspiración
artística más elocuente.
Muchos años más tarde, consagrado como el pintor de La Boca, materializó también en obras de bien público el amor que sintió por este lugar.
Muchos años más tarde, consagrado como el pintor de La Boca, materializó también en obras de bien público el amor que sintió por este lugar.
imigrantes italianos a fines
del siglo
pasado
La obra habla en un tono porteño
de las relaciones de un grupo de amigos, de un universo cerrado y al
mismo tiempo gigante: el barrio. Y el emblema de este barrio es
Gardel, la estatua viviente –que, para alivio de todos, existe–
en la que se materializa el oráculo, como la ciudad de Delos para
los antiguos griegos.
La orquesta en vivo y un fantástico
grupo de actores cuentan, a través de canciones y bailes, lo que a
todos nos importa: el AMOR, los sueños, la seducción y, claro,
Gardel.
Conservate bueno.
Ricky Pashkus
"La
Boca es mi taller mi refugio y mi modelo. Todo lo que hice y todo lo
que conseguí es un premio a la fidelidad. En mi vida y en mi arte
permanecí siempre fiel a mí gente, a mi puerto y a mi barrio"
La
Boca del Riachuelo es un barrio ubicado al sur de la ciudad de Buenos
Aires.
Se encuentra habitado en su mayor parte por inmigrantes italianos, que llegaron a mediados del siglo pasado a nuestro país.
Se encuentra habitado en su mayor parte por inmigrantes italianos, que llegaron a mediados del siglo pasado a nuestro país.
El
Puerto de La Boca, por entonces, era el principal mercado de
carbón de leña de la ciudad. Numerosas embarcaciones amarraban a
sus muelles, donde hombres de fuerte contextura física, cargaban y
descargaban mercaderías.
En
esta ruda faena se encontraba don Manual Chinchel, oriundo de
Génova, padre adoptivo de Benito Quinquela Martín.
Desde
el Siglo XIX, fue prosperando la actividad portuaria. En ambas
márgenes del Riachuelo se instalaron talleres metalúrgicos,
astilleros, frigoríficos y establecimientos navales. La Boca
era un barrio esencialmente obrero, sus habitantes vivían en
precarias viviendas construidas de madera y chapas de cinc. Por ser
un terreno bajo y anegadizo, edificaban sus casas, sobre pilotes de
madera de quebracho. Sus ocupantes pintaban estas viviendas con el
sobrante que les quedaba después de pintar las embarcaciones. De
ahí, que las casas, presentaban distintos colores en sus frentes.
Poco
a poco, el Barrio dejó de ser una comarca aislada. En 1870
líneas de ferrocarril urbano, unieron esta zona con Plaza Once.
Por estos años, la Boca logró su autonomía jurisdiccional,
contando con una modesta capilla, San Juan Evangelista, para
poder albergar a sus fieles.
Los
primeros pasos en la educación lo dieron Don Rafael Amato y Doña
Maurice de Patrón, quienes supieron brindar una formación a los
hijos de los inmigrantes que en su mayoría manejaban el dialecto
xeneize. Social y culturalmente, se fue incrementando el número
de instituciones al servicio de la comunidad, donde se
desarrollaron distintas actividades de interés general. La
importancia que tuvieron en la sociedad estas instituciones nos las
hizo saber el mismo Quinquela a través del libro Vida de Quinquela
Martín de Andrés Muñoz: "Como
todo vecino de la Boca, tenía por fuerza que pertenecer a alguna
agrupación yo me Inscribí en la Sociedad Unión de La Boca, dentro
de la cual funcionaba el Conservatorio Pezzini Sttiatessi. El Salón
Unión, como todos le decíamos en la Boca, era una especie de
Academia Universal donde se enseñaba música, canto, dibujo,
pintura, yeso, corte y confección y no sé cuantas cosas más."
Entre
otras instituciones estaban, José Verdi 1878, la Yugoslava 1878,
Bomberos Voluntarios 1884, Ligure 1885, La Española 1892, Torcuatto
Tasso 1895 y Sol de Mayo 1898.
La
Boca fue siempre un barrio esencialmente obrero. Ellos estaban
representados en distintas agrupaciones gremiales, entre otras la
de los estibadores, caldereros, calafeteros, carreros y los
carpinteros de La Ribera. Juntos aunaron sus esfuerzos por un
mejoramiento social.
Dentro
del periodismo, el Ancla- publicación bisemanal
aparecida el primero de julio de 1875- fue el precursor de otras
publicaciones que surgieron más tarde como "El Riachuelo”,
"El Bohemio", "El Faro del Riachuelo" y
"Cristóforo Colombo".
Dentro
de las manifestaciones artísticas, el teatro tuvo su máxima
expresión en el "Dante Alighieri" 1883. La tragedia
y el drama italianos fueron los géneros más representados dentro de
su sala.
El
13 de agosto de 1881, se inauguró el Ateneo Iris, en donde la
Societá Filodramática, representó el drama lírico Aída.
Un año antes, el piamontés Sebastián Gambaudi, abrió las
puertas de la Confitería "Ligure" donde funcionó
el Teatro Panterpe.
El
tango también tuvo su espacio en los cafetines de la Boca.
Entre los más conocidos podemos mencionar el "Café
del Sur",
el "Café
de Nani"
y el "Café
Azul".
Y no olvidemos que es en el tango en donde el Barrio
de la Boca
vio nacer a uno de sus exponentes: Don
Juan de Dios Filiberto.
Antes de finalizar el Siglo XIX, La Boca era ya un barrio con perfil definido, que lo distinguía marcadamente del resto de la ciudad. Según el Censo Municipal de 1887, había en la zona 24.498 personas, distribuidas en 124 manzanas, donde el mayor núcleo de población estaba concentrado en la Vuelta de Rocha. Más del 70%, de la población se dedicaba a oficios ligados a la navegación, como marineros, caldereros, calafateros y armadores de barcos.
En
1897, Sofía Cattáneo describió así a este Barrio
Porteño: "Un suburbio vastísimo. A
pesar de su proximidad a la elegante ciudad mundana, este barrio
tiene un carácter muy diverso y tan especial, que podrá
considerárselo como si se hallara a más de cincuenta millas. El
contraste proviene de la naturaleza del carácter, de las costumbres,
de sus habitantes. Es un barrio popular donde hierve el trabajo y la
vida".
Este
fue el Barrio en que creció Quinquela, quién supo captar su
esencia y plasmarla en sus telas. El Riachuelo fue su inspiración
artística más elocuente.
Muchos años más tarde, consagrado como el pintor de La Boca, materializó también en obras de bien público el amor que sintió por este lugar.
Muchos años más tarde, consagrado como el pintor de La Boca, materializó también en obras de bien público el amor que sintió por este lugar.
POR JHENY DE 5° C T. T
imigrantes
italianos a fines
del siglo
pasado
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