La
pelea del sol y la luna
En
los tiempos de los ancestros el sol y la luna eran gente, ambos eran hombres y
eran compañeros y compañeros inseparables.
Una tarde, el sol volvió a casa con un ciervo que acababa de cazar. Los separó
en pedazos y se puso a asarlo, dejando una pequeña porción para la luna este
enojado le recriminó con una amargura su
falta de generosidad. El sol, entonces, molesto por los reclamos de su
compañero, tomo del fuego un gran pedazo del ciervo y se lo tiro con violencia.
La luna quedo muy golpeado y mal herido, y le ardía el cuerpo, de manera que
huyó corriendo hacia un rio y se sumergió en las profundidades de un salto. A penas
vio esto, el sol ordenó: -¡Rio, sécate! Y el rio se secó. La luna, entonces, viéndose
desprotegido, comenzó a aplicarse barro en sus heridas, para calmar el ardor ,
a una tortuga que rascara el barro de su cuerpo. Finalmente la luna no lo soportó
más, y se elevó hacia el cielo. El sol fue detrás inmediatamente, y desde aquel
momento lo está persiguiendo, aunque nunca lo alcanza. Las manchas de la luna, en
tanto, son las quemaduras que le quedaron a causa de la furia del sol. Por su parte,
el sol, viendo que no podía atrapar a la
luna, descargo su ira contra los hijos
de la tierra, los hombres, especialmente aquellos que vivían al este. En esa región,
el sol esta tan cerca de la tierra que el cabello de los hombres es el color
del fuego, allí hace tanto calor que
resulta casi imposible vivir. Por eso los indios, en venganza y para
defenderse, atacaban al sol con sus flechas, una y otra vez, día tras día,
apenas lo veían aparecer. Esas flechas a un pueden verse en los rayos del sol,
al amanecer y al anochecer.
Sus
tradiciones son:
Mantener en grupo entre jefes chamanes y guerreros cazadores, bailar en la
selva y se pintan la cara el cuerpo y se ponen plumas en la cabeza. ANDREA Y CAMILA
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