EL KAKUY
Este cucúlido, el
Nyctibius griseus cornutus (Vieillot), es un ave de rapiña,
nocturna, denominada Kakuy y Túray por los quichuas, Urutaú por los
guaraníes, la Vieja y Mae da luna por los brasileños.
Según
Alberto Vúletin en “Zoonimia Andina” la pronunciación correcta
es cácuy porque es onomatopeya del canto de esta ave de la familia
de las Caprimulgidae.
Cuenta
la historia que dos hermanos vivían en el monte. La hermana era mala
y el hermano era bueno. El le traía frutos silvestres y regalos,
pero ella le correspondía con desaires y maldades. Un día él
regresó de la selva cansado y hambriento, y pidió a su hermana que
le alcanzara un poco de hidromiel. La mala hermana trajo el fresco
líquido, pero antes de dárselo lo derramó en su presencia. Lo
mismo hizo al siguiente día con la comida. El hermano decidió
castigar su maldad. La invitó una tarde a recoger miel de un árbol
que estaba en la selva. Fueron allí y el hermano logró que ella
trepara a lo más alto de la copa de un quebracho enorme (para
algunos era un mistol, para otros un algarrobo). El, que subió por
detrás, descendió desgajando el árbol de modo tal que su hermana
no pudiera bajar. El muchacho se alejó. Allí quedó la joven, en lo
alto, llena de miedo. Cuando llegó la noche, su miedo se convirtió
en terror. A medida que pasaban las horas, comenzó a ver,
horrorizada, que sus pies se transformaban en garras, sus manos en
alas y su cuerpo todo se cubría de plumas. Desde entonces, un pájaro
de vuelo aplumado, que sólo sale de noche, estraga el silencio con
su grito desgarrador -¡"Turay", "Turay" !- :
¡"Hermano", "Hermano" !.
Otra
leyenda (Lehmann-Nitsche) nos habla de que el dios Sol, personificado
en un gallardo mancebo, enamora a Urutaú, hermosa doncella. Luego de
seducirla se va. Convertido en el astro viajero se instala en el
firmamento. Desesperada en su dolor y en su abandono, Urutaú sube a
un árbol muy alto, y allí se queda para mirarlo siempre. Cuando el
sol desaparece por el horizonte, Urutaú llora con desesperación su
ausencia, y lanza gritos desgarradores. Recupera su calma cuando su
amado surge nuevamente por el oriente.
El
nombre kakuy ha sufrido varias evoluciones, así cacuy, kacuy, etc.,
nosotros hemos adoptado la utilizada por Bernardo Canal Feijóo en su
trabajo Mitos perdidos (1938).
No hay comentarios:
Publicar un comentario