El lobizón (también conocido en otras
regiones sudamericanas como lobisón, lubisonte, luis rufino malo y
luisón), es un equivalente al sinónimo sudamericano del hombre lobo
europeo.
La leyenda dice que el lobizón es el séptimo y
último hijo de Tau y Kerana, en quien sobrecayo la mayor maldición que
pesaba sobre sus progenitores (esto último, según la Mitología Guaraní),
que en las noches de luna llena de los Viernes; y/o Martes se
transforma en un “animal” que mezcla las características de un perro muy
grande y un hombre (otras veces, también, mezcla las características de
un cerdo).
Para la transformación, el maldecido,
comienza sintiéndose un poco mal; por ejemplo comienza sintiendo dolores
y malestares, luego , presintiendo lo que va a venir, busca la soledad
de un lugar apartado, como la partes frondosas del monte, se tira al
suelo y rueda tres veces de izquierda a derecha, diciendo un credo al
revés. El hombre-lobisón se levanta con la forma de un perro inmenso, de
color oscuro que va del negro al marrón bayo (dependiendo del color de
piel del hombre portador de “la maldición” ), ojos rojos refulgentes
como dos brasas encendidas, patas muy grandes que son una mezcla de
manos humanas y patas de perro, aunque otras veces, también tienen forma
de pezuñas y que despide un olor fétido, como a podrido. Luego se
levanta para vagar hasta que caiga el día. Cuando los perros notan su
presencia le siguen aullando y ladrando, pero sin atacarlo, por donde
vaya. Se alimenta de las de heces de gallinas (por eso se dice que
cuando el granjero ve que el gallinero está limpio, es porque el lobizón
anda acechando por el lugar), cadáveres desenterrados de tumbas y de
vez en cuando come algún bebé recién nacido que no haya sido bautizado.
El lobizón es reconocido porque:
Son hombres flacos y enfermizos, que desde niños, fueron personas solitarias y poco sociables
Cae siempre en cama enfermo del estómago los días después de su transformación.
increíble😮
ResponderEliminarpodría saber mas
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