jueves, 11 de junio de 2015

LA PELEA DEL SOL Y LA LUNA


La pelea del sol y la luna

En los tiempos de los ancestros el sol y la luna eran gente, ambos eran hombres y eran compañeros  y compañeros inseparables. Una tarde, el sol volvió a casa con un ciervo que acababa de cazar. Los separó en pedazos y se puso a asarlo, dejando una pequeña porción para la luna este enojado  le recriminó con una amargura su falta de generosidad. El sol, entonces, molesto por los reclamos de su compañero, tomo del fuego un gran pedazo del ciervo y se lo tiro con violencia. La luna quedo muy golpeado y mal herido, y le ardía el cuerpo, de manera que huyó corriendo hacia un rio y se sumergió en las profundidades de un salto. A penas vio esto, el sol ordenó: -¡Rio, sécate! Y el rio se secó. La luna, entonces, viéndose desprotegido, comenzó a aplicarse barro en sus heridas, para calmar el ardor , a una tortuga que rascara el barro de su cuerpo. Finalmente la luna no lo soportó más, y se elevó hacia el cielo. El sol fue detrás inmediatamente, y desde aquel momento lo está persiguiendo, aunque nunca lo alcanza. Las manchas de la luna, en tanto, son las quemaduras que le quedaron a causa de la furia del sol. Por su parte, el sol, viendo  que no podía atrapar a la luna, descargo  su ira contra los hijos de la tierra, los hombres, especialmente aquellos que vivían al este. En esa región, el sol esta tan cerca de la tierra que el cabello de los hombres es el color del fuego, allí  hace tanto calor que resulta casi imposible vivir. Por eso los indios, en venganza y para defenderse, atacaban al sol con sus flechas, una y otra vez, día tras día, apenas lo veían aparecer. Esas flechas a un pueden verse en los rayos del sol, al  amanecer y al anochecer.

Sus tradiciones son: Mantener en grupo entre jefes chamanes y guerreros cazadores, bailar en la selva y se pintan la cara el cuerpo y se ponen plumas en la cabeza. ANDREA Y CAMILA

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